viernes, 20 de mayo de 2011

Aniversario Baile Religioso Pieles Rojas de Peña Chica- Iquique.











21 de Mayo 2011, Santiago de Chile.


Queridos Socios, músicos, Bailarines y familiares del Baile Pieles Rojas de PEÑA CHICA.

¡Muchas Felicidades!

Desde la capital, me uno a todos ustedes en este día de júbilo. El 21 de Mayo es de gran importancia para todos quienes somos iquiqueños por la gesta heroica del combate naval, pero toma mayor relevancia aún para nosotros, cuando hacemos memoria y fiesta de la fundación de nuestro querido Baile Religioso Pieles Rojas de Peña Chica.

Siempre que recordamos algo, lo hacemos para “celebrar y dar gracias” por aquel acontecimiento histórico, pero también para hacer “memoria y así no olvidar los orígenes” que nos señalan nuestra identidad. Muchas veces se dice “que un pueblo sin memoria, es un pueblo sin identidad”, y así es, ya que sólo el que recuerda su historia y su origen primero puede caminar con libertad hacia el futuro. Pero esto no significa que tengamos que estar añorando constantemente lo que ya no se tiene, como aquel que compara constantemente el pasado con el presente, sino de reconocerse en el para qué hemos sido hechos, y entonces caminar desde ahí.

Hermanos, no olvidemos el para qué hemos sido fundados. Somos un Baile Religioso, una familia convocada por Dios para cantar, bailar y compartir como hermanos junto a Nuestra Madre María. El Padre Dios les quiere ver como familia, es decir, como hermanos que oran juntos, participan de la fracción del Pan, comparten la vida, se alientan en las dificultades y están atentos a las necesidades de los más pobres. Una comunidad reunida por Dios tiene estas características.

En este día de aniversario, Jesucristo por medio de su Madre María, quiere recordarles que son una comunidad, una familia, un baile religioso amado y querido por Dios. Reunidos para peregrinar juntos como hermanos bajo la presencia tierna y maternal de María. Por lo tanto, no estamos solos en la vida, Dios esta a nuestro lado, y se nos hace patente en la Carmelita y en nuestros hermanos de Baile. Así, vamos creciendo en la conciencia de ser Iglesia, pueblo amado, reunido y animado por Dios.

Como Baile religioso signo de la Iglesia, sean testigos de la alegría que significa ser hijos amados por Dios y hermanos en la fe. Vivir nuestra fe como bailarines, músicos y socios trae como consecuencia la alegría a nuestra vida, y así lo expresamos cuando cantamos: “venimos contentos con gran alegría, a ver a María en su dichoso día”. Por lo tanto, es necesario que podamos comunicar nuestra fe a los demás. Comparte tu experiencia con la “chinita” con quienes no muestran interés en Dios y la religión, y por sobre todo haz gestos hacia los demás que hablen del Padre misericordioso, acercándote por ejemplo a quien no te simpatiza.

En definitiva, ustedes son signo del Reino de Dios en medio de Iquique, entonces, vivan como tal: dialogando, preocupándose unos por otros, hablando siempre por delante, perdonándose y por sobre todo poniendo siempre a Jesucristo en el centro, porque es él quien nos enseña a vivir como hermanos.

Me despido, pidiéndoles oración a través de su canto y danza, por el momento difícil pero esperanzador que vivimos como Iglesia, y por supuesto, no olviden el acontecer nacional en sus problemáticas relacionadas con la promoción social y el respeto por el medio ambiente.

Me uno de corazón en el Espíritu Santo, a cada uno de ustedes, y les deseo abundantes bendiciones de parte del Padre amoroso y la constante compañía de nuestra Madre María del Carmen de la Tirana.

Un abrazo fraterno y afectuoso,

Hno. Luís Cisternas, ofm.

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